Teoría de la complejidad de las empresas ¿Qué es la teoría de la complejidad?
La teoría de la complejidad fue propuesta por investigadores que intentaron racionalizar y explicar el comportamiento de sistemas grandes y complejos, ya que se creía que no podían explicarse con la ayuda de las reglas de la naturaleza. Los estudios intentan proporcionar una comprensión de cuántos elementos trabajan juntos para crear el sistema en sí y sus resultados. Además, los estudios también se centran en cómo cambia cada elemento con el tiempo y qué influencias tiene sobre los otros componentes.
Los fundamentos de la teoría de la complejidad es que existe un orden invisible en el comportamiento y la evolución de los sistemas complejos. Y aquí puede tratarse de economía nacional, organizaciones o líneas de producción que se perciben como sistemas. En el ámbito empresarial, la atención se centra en la semejanza de una empresa o fábrica con un ecosistema más que con una máquina.
De hecho, dado que un ecosistema responderá a las leyes naturales de tal manera que se adapte mejor, lo mismo hará una empresa para encontrar las mejores soluciones posibles a sus problemas. Por lo tanto, de acuerdo con la teoría de la complejidad, los gerentes deben comprender que si se esfuerzan por comprender las leyes de la naturaleza, aprenderán que si se deja que funcione por sí sola, el sistema se organizará por sí mismo.
Cuando decimos evolución, decimos etapas y por eso decimos orden. Todo fenómeno que evoluciona pasa por unas etapas siguiendo un orden. La teoría de la complejidad reúne dos conceptos opuestos, el orden y el caos. Stuart Kauffman, un biólogo teórico, afirma que “el destino de todos los sistemas de adaptación complejos en la biosfera, desde las células hasta las economías, es evolucionar hacia un estado natural entre el orden y el caos”. En consecuencia, al observar los problemas organizacionales e industriales, se sugiere que mediante el uso de modelos desarrollados para la evolución, es posible encontrar una señal de éxito empresarial.
Con respecto a lo mencionado anteriormente, las organizaciones pueden ser tratadas como sistemas adaptativos complejos, cuyos componentes están parcialmente conectados a través de una cultura común, prácticas de recursos humanos y colaboración entre componentes/departamentos. Esto significa que siempre que se realice un cambio en uno de los componentes, provocará un efecto dominó y todas las demás partes del sistema se verán afectadas. Es por eso que los gerentes deben ser conscientes del grado del impacto, ya que el cambio crea un estado de desequilibrio en la organización.
El efecto cascada de la teoría de la complejidad
Cuando una organización se percibe como un sistema mecánico, los procesos internos están preprogramados y los cambios son predecibles. Por el contrario, cuando se mira como un sistema adaptativo complejo, las organizaciones se vuelven impredecibles debido a su interdependencia y no linealidad.
Más concretamente, existen varias propiedades que caracterizan los sistemas adaptativos complejos: agentes interdependientes, coevolución, no linealidad, imprevisibilidad, adaptabilidad, autoorganización.
Los sistemas adaptativos complejos son vistos como adaptables, lo que significa que aprenden de su propia experiencia y, por lo tanto, tienen la capacidad de adaptarse a condiciones nuevas e imprevistas. Las partes interdependientes del sistema actúan juntas y crearán algo nuevo mediante la autoorganización. Para que tenga lugar la autoorganización, se necesitará un estado de inestabilidad, que a menudo se describe como el “borde del caos”.
Mientras que algunos autores afirman que los sistemas adaptativos complejos no se pueden controlar, otros proponen algunos enfoques para la gestión. El manejo de sistemas adaptativos complejos comienza con tener una imagen compartida del futuro que la organización busca crear: la visión. La visión tiene que estar integrada en todas las partes de los sistemas y asegurar que todas las acciones se tomen hacia esta visión.
Otro enfoque a tomar es gobernar la organización según reglas simples, ya que se sabe que las reglas simples resultan en comportamientos complejos, debido a su imprevisibilidad. Por lo tanto, los gerentes deben conducir las organizaciones de manera simple, pero al mismo tiempo percibiendo el gobierno como experimentación. Los experimentos arrojarán resultados sobre los que conviene reflexionar, y así hacer cambios si es necesario.
Los teóricos afirman que solo por las reglas simples propuestas anteriormente, no significa que todo tenga que ser simple, sino todo lo contrario. Mientras que en una forma de pensar tradicional, las organizaciones buscaban la estabilidad para tener éxito, en los sistemas complejos, los gerentes tienen que crear y mantener un entorno de tensión e inestabilidad para fomentar la innovación.
Los sistemas adaptativos complejos pueden percibirse como una metáfora o una nueva forma de ver las organizaciones. Sin embargo, no se puede argumentar que el enfoque de los sistemas adaptativos complejos tiene todas las respuestas para la organización, sino que da cuenta del hecho de que el cambio es posible y se puede gestionar a través de enfoques aprendidos del comportamiento de los seres vivos.